WeAll #46 ¿Estamos ante el fin de DEI?
¿Es el fin de DEI? ¿Qué está pasando realmente y qué podemos hacer?
1 serie, 1 peli, 1 podcast, 1 libro y 1 activista
La serie 📺 El Secreto del Río en Netflix, muestra el enfrentamiento entre tradición y disidencia, y cómo el sistema legal mexicano sigue alimentando las agresiones contra las personas trans.
La peli 🍿 Una Cuestión de Género disponible en Amazon Prime y Netflix pero no desde España así que necesitas una VPN (Yo uso NordVPN y este es mi link de afiliados con descuento). Es un Biopic sobre la jueza del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, Ruth Bader Ginsburg, la segunda mujer en la historia que sirvió en este alto órgano judicial
El podcast 🎙️ Antropofonías: Conversaciones desde la Diversidad, un podcast creado por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia y el Museo del Oro del Banco de la República para descubrir la diversidad del patrimonio natural y cultural de Colombia.
El libro 📚 Las que Faltaban, de Cristina Oroño. Un relato sobre la historia de la humanidad en clave femenina, que desmonta las narraciones sobre la humanidad y derriba los discursos misóginos heredados.
La activista 💪 Maria Montessori, una médica, pedagoga, psiquiatra y filósofa, además de humanista, activista feminista y sufragista italiana. Una de las primeras mujeres médicos en Italia, y como educadora fue conocida por la filosofía de la educación que lleva su nombre.
Si tienes recomendaciones, nos encantará recibirlas en hola@weall.es
En el último número pregunté sobre el interés en hacer un encuentro de esta comunidad. Respondieron 7 personas, todas interesadas en un encuentro, y 6 de ellas en Madrid. Si bien no es un número representativo de esta comunidad que supera las 700 personas, da para un encuentro íntimo con un café, así que en la encuesta de esta edición os propongo fechas/horarios para un café el primer Q de 2025 👇
¿Estamos ante el fin de DEI en las organizaciones?
El futuro de la diversidad, equidad e inclusión se encuentra en un punto de inflexión. No es casualidad que en los últimos meses hayamos visto a empresas emblemáticas, como Toyota, Ford, Harley Davidson, o Wallmart retroceder en sus compromisos DEI, o a organismos como SHRM eliminar el componente de “equidad” de sus marcos. Estas tendencias apuntan hacia un desmantelamiento sistemático de estas iniciativas, agravado por el apoyo de activistas anti DEI avivados por el regreso de Trump a la presidencia, que ha prometido una “campaña para desmantelar DEI”, y que viene acompañado de personajes como Elon Musk cuya campaña anti DEI ha dejado perlas como esta: “DEI debe Morir”
(kuddos a Elonio por el juego de palabras, si se tratase de un cómico y no de una persona narcisista con muchísimo poder económico y político, me reiría)
De este lado del atlántico, en el Reino Unido hay un movimiento más tímido pero en una dirección similar. En los últimos años, HR se ha posicionado como el principal motor de iniciativas DEI en las empresas, pero esta misma posición de liderazgo ahora está siendo cuestionada, especialmente desde sectores de derecha, que critican el enfoque percibido como excesivamente burocrático y alineado con la ideología "woke".
¿Qué está pasando realmente con DEI?
Polarización política: DEI ha sido convertida en un chivo expiatorio dentro de las narrativas conservadoras, atacada como un símbolo de corrección política extrema.
Miedo corporativo: Las empresas en EEUU están reduciendo programas por temor a boicots y pérdidas económicas con la nueva administración, priorizando la neutralidad sobre la justicia social.
Retrocesos legales: Desde el fin de la acción afirmativa en EE. UU. hasta legislaciones que prohíben programas DEI en estados como Florida, el marco legal se está volviendo hostil en EEUU. No es el caso de Europa ni de España en particular (por ahora).
Desinformación sobre equidad: La confusión deliberada sobre lo que significa “equidad” debilita su implementación, generando una narrativa que distorsiona la equidad como un ataque a la meritocracia o como una herramienta de favoritismo hacia ciertos grupos.
Para mí es evidente que el objetivo de estos señores es hacernos retroceder el camino andado, evitar que continuemos cuestionando sus privilegios y mantenernos atrapados en una absurda y ficticia lucha de “ellos contra nosotros” (hombres contra mujeres, heterosexuales contra homosexuales, blancos contra negros, y mil variantes más). Una narrativa divisoria que no es más que una estrategia para distraernos, mientras este pequeño grupo sigue acumulando privilegios y riqueza a costa de todos los demás.
(Nuestra bendita patria: Nuestro glorioso líder, Nuestra gran religión, Nuestro noble pueblo, Nuestros heroicos aventureros VS Sus despilfarradas tierras bárbaras: Su malvado déspota, Su primitiva superstición, Sus atrasados salvajes, Sus brutales invasores)
Eliminar DEI no es una decisión sin consecuencias para las personas, pero tampoco lo es para las organizaciones. La falta de inclusión impacta la innovación, la productividad y la capacidad de las empresas para atraer talento joven. A largo plazo, estas decisiones miopes pueden alienar a clientes y empleados, erosionando la competitividad de las empresas y creando entornos hostiles e inseguros para la mayoría de las personas.
¿Podemos salvar las iniciativas DEI en nuestras organizaciones?
Estamos ante un momento crítico que requiere, como mínimo, un cambio de narrativa. Ante el panorama económico y político actual, movernos de lucha política hacia la innovación, crecimiento y bienestar para todos parece ser una mejor manera de transitar lo que parece un entorno cada vez más hostil… al menos hasta que se calmen las aguas.
Este cambio de narrativa aún está en construcción, aunque todo parece apuntar a que diversidad y equidad saldrán del chat en muchas organizaciones, que se quedarán con propuestas basadas en inclusión, innovación y, sobretodo BELONGING o pertenencia, que es en definitiva el fin último de DEI, pero resulta un término más aceptado y que levanta bastante menos ampollas.
Otra propuesta de narrativa que está ganando algo de tracción es la del CEO de Scale AI Alexandr Wang que propone hacer la transición de DEI a MEI: Mérito, Excelencia e Inteligencia. Esta visión, si partimos de la base de que la meritocracia es un ideal y no una realidad, representa un pivotaje bastante importante que solo rescata de DEI la práctica de “reducir los sesgos” en los procesos de selección, y nada más.
¿Quieres continuar trabajando por la Inclusión de todas las personas en el trabajo?
Entonces es un excelente momento para reflexionar sobre este cambio de narrativa y cómo podemos evolucionar para continuar haciendo el trabajo, y evitar el “backlash” que estamos experimentando a nivel global, aunque en unas geografías más que en otras.
Yo desde luego vengo reflexionando sobre mi propio trabajo, y aunque no tengo aún todas las respuestas, hay 3 cosas que quiero rescatar de este artículo de Julie Kratz que estoy teniendo en cuenta para mi planificación 2025.
Medir el sentido de pertenencia: tenemos que demostrar cómo DEI beneficia a todas las personas. ¿Se sienten los empleados valorados? ¿Hay seguridad psicológica para expresar ideas? Estas métricas son esenciales para poner en valor nuestro trabajo.
Cocrear con aliados pero también con escépticos: incluir a quienes dudan de DEI en el proceso y construir puentes, enfocándonos en lo que tenemos en común y no en lo que nos separa. Necesitamos urgentemente salir de la narrativa del enfrentamiento.
Adaptar estrategias a contextos hostiles: en contextos donde DEI es atacada, debemos vincular las iniciativas a resultados concretos, como productividad y retención, porque puede ofrecer una narrativa mucho más aceptable.
DEI no está muriendo, pero si atraviesa una profunda transformación por las tensiones del momento. Si conseguimos adoptar una estrategia sólida y fundamentada, podemos asegurar que no solo sobreviva, sino que evolucione.
Al final del día, DEI no se trata de las palabras “diversidad”, “equidad” e “inclusión”. Se trata de algo mucho más radical: permitir que tú seas tú, y yo sea yo, y que tengamos las misma oportunidades de triunfar, y en la raíz de esta idea se diluye mucho del rechazo que estamos experimentando.
Aún no tengo claro como implementar todo esto en mi práctica, ni hacia donde pivotaré para continuar creando espacios de trabajo donde todas las personas sean valoradas y respetadas, pero te lo iré contando mes a mes en esta newsletter.
¿Tu qué piensas? ¿Está DEI muriendo o evolucionando? ¿Cómo ves el futuro? Me encantaría leerte en los comentarios.
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Cuando leí la publicación fue un mazazo… «¿Está DEI muriendo o evolucionando? ¿Cómo ves el futuro?» La están matando con premeditación y alevosía. Y después de ver este vídeo, el ritmo al que va y lo fácil que muere, me dan náuseas y un temor profundo: https://www.youtube.com/watch?v=BuUUQBH_VlY