WeAll # 52- ¿Qué está pasando con el Orgullo?
Orgullo sin Rainbow Washing, Debrief de FAIR Barcelona, Reflexión sobre el feedback de la comunidad WeAll
1. Un mes del Orgullo sin Rainbow Washing
Una de las pocas cosas positivas que ha traído el ataque sostenido a las iniciativas DEIB en 2025 es que muchas compañías que antes se colgaban el arcoíris por pura fachada este año han decidido no hacerlo. Basta con darse una vuelta por Linkedin para ver que el número de empresas que han cambiado su logo por uno con los colores del Orgullo es sorprendentemente bajo, casi anecdótico.
Lancé la pregunta en mi comunidad de Linkedin para ver cómo están viviendo este mes del Orgullo, y aunque no se trata de una muestra representativa, creo que refleja una tendencia que merece la pena observar (y que preocupa!)
Quiero pensar que el próximo año, cuando esta tormenta haya pasado, volveremos a tener espacios de orgullo, donde las personas de todas las comunidades puedan ser ellas mismas en el trabajo sin temor a represalias.
¿A ti también te preocupa este retroceso? Me alegra saberlo, porque en este contexto el activismo se vuelve más necesario que nunca. Por eso me enorgullece que me hayan invitado a hablar en este panel de myGwork sobre diversidad en el sector tech.
Este es solo uno de los muchos eventos online que organiza myGwork con ocasión del Work Pride 2025. Echa un vistazo a la web y no te pierdas ninguno… 🌈 ¡Hoy somos más necesarias que nunca!
2. ¿Qué se cuece en la comunidad DEIB?
Hablando de activismo, hace un tiempo ya que fue Fair pero no me había pasado por aquí a contaros qué tal fue.

Lo bueno: las ponencias del evento fueron de altísimo nivel, la organización impecable, el espacio espectacular y el networking, de 20 sobre 10. Es el evento profesional en el que más cómoda e incluida me he sentido, y no es casualidad: se nota que las organizadoras realmente walk the talk, como dicen los americanos.
Lo malo: un solo día se me quedó corto. Ojalá poder tener esta conferencia al menos un par de días para poder abarcar más temas, explorar otros formatos además de las keynotes, y tener más tiempo para interactuar con asistentes.
Lo feo: me llamó la atención la cantidad de personas de consultoría DEIB en comparación con los pocos perfiles in house, resultado seguramente de la triste tendencia de las empresas a dinamitar sus equipos y reintegrar DEIB en el área de People. Pero lo que más me entristeció fue la escasa presencia de profesionales del área de People (y ya ni hablar de perfiles de negocio). En un espacio tan relevante para construir culturas más inclusivas, debería haber mayor representación desde dentro de las organizaciones.
3. Feedback
En la última edición os pedí feedback sobre lo que les gusta, lo que os gustaría recibir y lo que os gustaría dejar de recibir en esta newsletter. Recibí 11 respuestas, de lo más diversas, profundas y sumamente interesantes.
Me perdí un poco porque la vida viene dando para lo justito, pero también porque he estado procesando todo lo que me habéis compartido en estos emails que agradezco de todo corazón.
Todo el feedback que he recibido ha sido increíblemente útil (Gracias!!! 🙏), y he estado tomándome el tiempo para procesarlo e integrarlo en este espacio. Pero hubo uno en particular que me resultó especialmente interesante. Al leerlo, sentí cosas, mi sistema nervioso central reaccionó. Eso me hizo darme cuenta de que había ahí algo poderoso, algo que merece ser sostenido, examinado y meditado con calma.
Con el permiso de quien lo escribió, quiero compartirlo aquí porque creo que puede abrir conversaciones importantes.
Te leo siempre y valoro muchísimo el trabajo que haces visibilizando temas tan importantes. Se nota el compromiso en cada edición. Si me permites una sugerencia, no es exactamente algo que quisiera que cambies, pero a veces tengo la sensación de que no dejas espacio para los matices. Entiendo y respeto que eso puede venir de una convicción muy fuerte, pero quizá abrir un poco más el espectro de grises podría ayudar a conectar con quienes aún estamos en proceso de reflexión o no vemos las cosas tan claras aún. Te digo esto desde el cariño, el respeto y la admiración por lo que haces y por tu voz tan necesaria.
Ser categórica me acompaña desde la veintena. Siempre digo, medio en broma y medio en serio, que "no tengo tiempo para los grises porque la vida se escapa". Hace unos meses, al leer esto me hubiera preguntado “¿Me dirían esto si fuera hombre?” pero esta vez no lo he sentido así… ¿y si quizá me llegó el tiempo de los grises?
No lo sé.
Lo que sí sé es que este año, más que nunca, he sentido el coste de hablar desde la firmeza. Se me han llenado las redes de haters, uno de ellos consiguió la dirección de mi casa y se aseguró de que yo lo supiera.
También me han cuestionado en clases (y castigado en el feedback final) por nombrar la perspectiva de género.
Y este año se me han cerrado varias puertas por esa forma tan mía de decir las cosas. No sé si eran las mejores puertas. Tampoco estoy segura de que las quisiera atravesar. Pero sí sé que hace tiempo no paro a reflexionar.
Así que voy a hacer justo eso: tomarme un poco de espacio de la energía con la que suelo posicionarme, para explorar algunos matices… y ver si este es, de verdad, un nuevo llamado.
Si tú también sientes que necesitas bajarte un momento de la rueda del hámster para mirar las cosas con perspectiva, pero no estás para un retiro Vipassana ni para un psychedelic retreat, te dejo una recomendación tan sencilla como poderosa (y gratuita):
Sal a caminar por la naturaleza.
En silencio, a ser posible.
Y mira qué pasa.
Me despido con esta foto de mi ruta del Sábado hacia la Charca Verde en la Sierra de Guadarrama. En primer plano la Jara Pringosa (¡estaba minada la montaña!)
Gracias por leerme 💜